[Entrevista] Cómo Samsung Art Store está ampliando el acceso al Belvedere

Para poner el arte ante los ojos de los consumidores, Samsung se asoció con el Belvedere para presentar obras de arte de renombre mundial, incluyendo piezas de arte de Gustav Klimt y Egon Schiele en la Samsung Art Store. Dado que los consumidores siguen cautivados por el arte físico y digital, esta asociación amplió el acceso a algunas de las obras de arte más notables del mundo.

Aunque la adopción de la tecnología en el ámbito del arte es inevitable, su generalización plantea un importante reto: cómo ampliar las obras de arte digitalmente sin quitarles la singularidad de su forma física. Para los consumidores, la tecnología puede romper barreras y cambiar la forma de consumir arte. Igualmente, puede ofrecer una visión del futuro del arte a medida que se mezclan los mundos del arte físico y digital.

Samsung Newsroom se reunió recientemente con Wolfgang Bergmann, director financiero de The Belvedere, para hablar sobre cómo esta asociación está allanando el camino para el crecimiento digital continuo dentro del espacio artístico, al tiempo que preserva la cultura y la riqueza del arte físico.

El Belvedere por Lukas Schaller

P: Háblenos brevemente de su trabajo en el Belvedere.

Nuestro mandato es marcar el rumbo del Belvedere, que es uno de los museos más antiguos del mundo y un escaparate del arte contemporáneo. En esa tarea, nos enfrentamos al reto de preservar el pasado y, al mismo tiempo, tener visión de futuro y abrir nuevos caminos, eso es lo que hace que nuestro trabajo sea tan apasionante.

P: La intersección entre el arte y la tecnología ha crecido significativamente en los últimos años, allanando el camino para la democratización del arte, especialmente en su creación y accesibilidad. ¿Cuál es su opinión al respecto? ¿Cómo ha supuesto esto oportunidades y/o retos en el mundo del arte actual?

El Belvedere aspira a ser una de las instituciones culturales más prestigiosas del mundo digital, llegando así a nuevos públicos. En la actualidad, alrededor de la mitad de la colección del Belvedere está disponible en línea. Los interesados en el arte pueden adentrarse fácilmente en el inventario del museo y recorrer 900 años de historia, desde la Edad Media hasta la actualidad. Además, estoy convencido de que esto aumentará su deseo de visitar Viena y el Belvedere en persona.

P: La tecnología también hace que el arte sea más conveniente y accesible para los coleccionistas. ¿Cómo ha visto esto en los últimos años?

Cada vez es más fácil acceder al espacio artístico digital, especialmente a través de la tecnología NFT. Sin embargo, esto no sustituye al arte clásico, sino que lo complementa. Hace poco, decidimos que era el momento de emprender un proyecto de NFT único, y una pieza central de la colección del Belvedere —El beso, de Gustav Klimt — se presentó en el nuevo formato.

El beso (1908-1909) de Gustav Klimt

P: Las exposiciones de arte digital, como Samsung Art Store, han permitido a los usuarios disfrutar de experiencias únicas desde la comodidad de su hogar. ¿Cómo cree que se desarrollará esta tecnología en los próximos años y qué impacto tendrá en la industria del arte en su conjunto?

Creo que esta tecnología despierta definitivamente el interés por el arte y mejora la experiencia de apreciar la obra original. Los propietarios y espectadores de la imagen digital pueden establecer una conexión personal con la obra de arte original.

P: ¿Qué diferencias ve entre exponer su obra en persona o digitalmente en The Frame?

Una pantalla no puede sustituir el aura de la obra original. Al fin y al cabo, The Frame y la Art Store invitan a la gente a ver el original en el museo. Por otro lado, los visitantes del museo que han admirado una obra de arte original estarán encantados de llevarla digitalmente a su sala. Las pantallas modernas son tan avanzadas técnicamente que en The Frame se pueden descubrir aspectos digitales que no se podrían ver a simple vista en un museo.

P: ¿Cómo ve el futuro de las exposiciones de arte y los museos?

Las exposiciones de arte seguirán existiendo en línea y fuera de ella. El metaverso se está convirtiendo en parte de nuestra vida, pero no es un sustituto de la vida “real”. Por lo tanto, la experiencia física del visitante en un museo seguirá siendo importante.

En la enramada floreciente (ca. 1901) de Marie Egner

 P: ¿Puede contarnos más sobre cómo surgió esta asociación? ¿Por qué eligió The Frame? Desde su punto de vista, ¿cuáles son las ventajas de Samsung Art Store?

Nos entusiasmó la idea de llevar nuestra colección a nuevos formatos, como las Smart TV de Samsung, para que la gente pueda acceder al arte en su propio salón. La Samsung Art Store ofrece variedad visual en las pantallas, puedes elegir cuadros según las estaciones o tu estado de ánimo personal, y siempre puedes descubrir algo nuevo. Samsung es líder en el sector de la innovación tecnológica, por lo que la Samsung Art Store es el socio adecuado para nosotros.

Las obras de arte de la colección Belvedere en la Samsung Art Store se ven muchas veces al mes. Estoy seguro de que los espectadores se ven influidos por las obras de arte, consciente o inconscientemente.

Brushwood Collector in the Vienna Woods (1855) de Ferdinand Georg Waldmüller

P: Algunas de las obras más populares del Belvedere en la Tienda de Arte son “En la enramada” de Marie Egner, “El beso” de Gustav Klimt y “Amapolas en flor” de Olga Wisinger-Florian. ¿También son populares para los visitantes del museo? ¿Hay alguna otra obra de la colección en el Art Store que prevea que gane más popularidad?

El beso de Gustav Klimt es un icono del amor romántico y la pieza central de la colección del Belvedere. Los paisajes y los motivos de la naturaleza también son especialmente populares, tanto en línea como fuera de ella. En cuanto a la creciente popularidad, veo que siguen aumentando los cuadros de artistas femeninas de principios de siglo, como Broncia Koller-Pinell o Emilie Mediz-Pelikan, así como más obras de Gustav Klimt y Egon Schiele.

Yo recomendaría algunos motivos otoñales, como “Coleccionista de pinceles en los bosques de Viena” (1855) de Ferdinand Georg Waldmüller y “Naranjal en la Riviera francesa” (1903) de Broncia Koller-Pinell.

Naranjal en la Riviera Francesa (1903) de Broncia Koller-Pinell