Diversidad e inclusión laboral: Menos conmemoración y más acción

Por Iván Spollansky, Director de Recursos Humanos y Personas de Samsung Electronics Chile & Bolivia

Han pasado 5 años desde que comenzó a regir la Ley de Inclusión Laboral en Chile, y son diversos los avances que hoy existen en los sectores público y privado gracias a esta política. Un ejemplo de ello es la contratación cada vez más frecuente de personas en situación de discapacidad.

Es importante, sin embargo, comprender que a lo que se nos llama no es a solo cumplir con la ley, sino a levantar aquellos pilares capaces de sostener una cultura socialmente diversa e inclusiva, dejando de lado los mensajes rimbombantes que después de unos días, quedan con sabor a poco.

Poco tiempo después de la implementación de la Ley de Inclusión Laboral, Chile y el mundo entero fue azotado por la pandemia. Este hecho hizo todo más complejo, provocando una caída importante en su cumplimiento. Según un estudio de Randstad, “Radiografía del Trabajador en Chile” de 2022, existen fuertes signos de aceleración en las renuncias, ya que el 80% de los trabajadores en Chile están abiertos a nuevas oportunidades laborales y el 40% de los jóvenes encuestados están buscando activamente un puesto. Este fenómeno se da, principalmente, porque las generaciones actuales no solo buscan proyección y crecimiento, sino sentirse identificados con los valores sociales de su empleador.

Quienes buscan un empleo lo hacen esperando encontrar un lugar que cumpla con sus expectativas valóricas, y que predique con el ejemplo. De tal manera, para la mayoría resulta vital tener un líder que vea en uno las mismas capacidades y aptitudes que a una persona con discapacidad, orientación sexual distinta o género.

En Samsung Electronics, lanzamos en 2021 una Política de Inclusión y Diversidad, no porque hayamos empezado a hacer las gestiones desde esa fecha, sino porque teníamos claro hacia dónde debíamos apuntar, y queríamos declararlo a la compañía. Y es que cuando hablamos de “Diversidad e Inclusión”, existen distintas dimensiones y variables, pero como dice el dicho, “el que mucho abarca poco aprieta”. Por lo mismo, centramos nuestra atención en tres pilares: diversidad de género, multiculturalidad y discapacidad. 

Quisimos ir más allá de sólo comunicados conmemorativos y pasar a hacer gestión, de manera sistémica en la organización, para ir avanzando, y que de esta forma los procesos organizacionales fluyeran en sintonía. Un ejemplo de esto es la reducción de la brecha salarial entre hombres y mujeres, un factor aún está muy presente en el mercado laboral chileno. En Samsung no hacemos ningún tipo de distinción salarial más allá del desempeño del colaborador. Lo anterior mediante la gestión de las compensaciones vía bandas salariales por cargo o niveles de responsabilidad, donde el colaborador es quién gestiona su crecimiento en base a su desempeño.

Sumado a esto, creamos el Comité de Diversidad e Inclusión, un espacio abierto y sin restricciones, donde lo único que se pide es interés por generar cambios concretos, para armar los inputs que luego se transformarán en iniciativas reales. 

Cuando hablamos de equidad de género, Samsung Chile cuenta con 58% de hombres y 42% de mujeres, estando cada día más cercanos al 50/50. Hemos reclutado y formado profesionales de grandes capacidades, sin dejar nada al azar. Por otra parte, hemos incrementado en un 22%, desde 2021, la cantidad de mujeres en cargos del comité ejecutivo.

Finalmente, la multiculturalidad es un bastión esencial en nuestra sociedad. Chile es un país cada vez más diverso, y nosotros hemos aprovechado las distintas nacionalidades, no porque tengamos que cumplir un objetivo específico, sino porque entendemos el sinnúmero de beneficios que genera el tener diversidad dentro de la organización. Hoy la complejidad no está en ser una empresa diversa, sino en encontrar las palancas para aprovechar dicha diversidad y convertirla en un drive de productividad, clima organizacional y engagement, mediante la inclusión.

Chile ha dado grandes pasos este último tiempo por hacer de la diversidad e inclusión un tema prioritario en la agenda del país. Sin embargo, ya es hora de que se vaya materializando. Me encantaría ver esa agenda plasmada en las instituciones altas como el Congreso y a nivel ministerial. Es ahí cuando mediante el ejemplo, se irán dando mejores condiciones para avanzar más rápido en generar inclusión total. Hoy nosotros tenemos la responsabilidad compartida de liderar estos cambios, y hacer del mercado laboral un lugar de acceso equitativo e igualitario.