Finalistas de SFT 2025 vivieron una experiencia inolvidable en su visita a Panamá

La gran final de Solve for Tomorrow reunió talento y corazón, regalando a los estudiantes de cinco países una inmersión cultural única que fortaleció su vocación de ser agentes de cambio en sus comunidades

Este año, la final regional de Solve for Tomorrow (SFT), el programa educativo de Samsung que invita a los jóvenes a resolver problemas de sus comunidades con el uso de la ciencia y la tecnología, no solo sirvió para coronar la innovación, sino que se convirtió en un vibrante escenario de primeras veces, intercambio cultural y crecimiento personal.

Los equipos de los colegios finalistas de Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Trinidad y Tobago y Venezuela, viajaron hasta la ciudad de Panamá, que sirvió de sede para la ceremonia de premiación. Previo al gran evento, los cinco equipos finalistas compartieron un par de días en los que vivieron algo más que una competencia: encontraron un espacio para el intercambio humano que les dejó aprendizajes mucho más allá de la ciencia y la tecnología. Fue una experiencia que abrió nuevas puertas y les permitió conectar con otros jóvenes de Latinoamérica con sueños muy parecidos.

▲ Los equipos de Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Trinidad y Tobago y Venezuela conocieron el majestuoso Canal de Panamá

Acogida, señales y maravillas de la ingeniería

La delegación de Costa Rica resaltó que la calidez del recibimiento rompió el hielo desde el primer instante. El equipo comentó que se sintió genuinamente “cuidado” por el staff de Samsung y Glasswing, quienes estuvieron pendientes de cada detalle. Según ellos, ese trato tan humano fue clave para poder concentrarse en lo más importante: compartir, aprender y crecer como grupo, dejando atrás los nervios naturales del viaje.

Mientras tanto, la delegación de Ecuador vivió su estancia como una inmersión cultural profunda. Para estos futuros ingenieros, la visita al Canal de Panamá fue especialmente impactante; no fue solo turismo, sino un momento para reflexionar sobre el poder de la infraestructura y el impacto social, tal como ellos buscan hacerlo con sus proyectos.

▲ Los integrantes del equipo de Ecuador destacaron la comida y el calor panameños

El recorrido por el Casco Antiguo regaló, además, coincidencias mágicas. Al visitar la Catedral frente al Hotel Central, el equipo tico se emocionó al encontrar una reliquia de Carlo Acutis, el joven beato referente de las nuevas generaciones. “En nuestro colegio tenemos un edificio en su honor; fue una linda casualidad encontrarlo aquí”, compartieron, sintiendo ese hallazgo como una señal de que estaban en el lugar correcto.

Sabores, amistades y aprendizaje

Los finalistas no solo exploraron la ciudad a través de la vista, sino también del gusto. La delegación ecuatoriana destacó que disfrutar la gastronomía panameña fue una parte vital del viaje, llenando sus días de nuevos sabores y momentos de sobremesa que facilitaron la integración.

En esos espacios de convivencia fue donde surgió la verdadera magia. Los jóvenes intercambiaron no solo las ideas técnicas de sus proyectos, sino vivencias personales. Según los costarricenses, este intercambio fue uno de los puntos más valiosos: descubrir que, más allá de la competencia, se estaban formando lazos genuinos y una red de jóvenes comprometidos con el cambio en toda la región.

▲ Los costarricenses disfrutaron su paseo por el casco antiguo de Panamá

Presentaciones, nervios y crecimiento interior

Para los equipos, el momento de presentar sus proyectos frente al jurado fue mucho más que un trámite o un requisito técnico: fue un desafío de carácter.

Los estudiantes de Ecuador compartieron que, a pesar de los nervios lógicos de estar en un escenario internacional, la experiencia se transformó en un impulso vital. Verse allí parados les sirvió para confiar más en sí mismos y en sus ideas, marcando un punto de partida para seguir desarrollando su talento y su vocación social con mayor seguridad.

▲ Integrantes del equipo campeón de Venezuela

Solidaridad y diversidad de ideas

La riqueza del encuentro radicó en la diversidad. Más allá de Costa Rica y Ecuador, la final vibró con la presencia de los equipos de Paraguay, Trinidad y Tobago y Venezuela. La convivencia de estos cinco equipos demostró que el idioma de la innovación es universal.

El evento celebró un abanico de soluciones que reflejan las realidades de América Latina: desde las bicicletas flotantes para limpiar ríos (Paraguay) y los sistemas comunitarios de alertas de inundaciones (Trinidad y Tobago), hasta la tecnología aplicada a la agricultura (Costa Rica), el saneamiento ambiental (Ecuador) y la robótica con fines sociales (Venezuela). Todos distintos, pero unidos por la misma misión de SFT.

▲ El equipo de Paraguay mostró con orgullo los colores de su bandera durante el paseo por Panamá

El legado de una experiencia transformadora

Para todos los finalistas de Solve for Tomorrow 2025, este viaje a Panamá fue mucho más que una final: fue una vivencia que fortaleció su convicción de que pueden ser agentes de cambio.

La combinación de innovación técnica, inmersión cultural, nuevas amistades y crecimiento personal dejó una marca profunda en ellos. Al regresar a casa, llevan consigo no solo sus prototipos, sino la certeza de que sus ideas tienen valor, que sus voces importan y que ahora forman parte de una red regional inmensa y llena de potencial.